"Si tenéis algún evento a la vista que organizar, si os gustan los detalles hechos desde el cariño, con el corazón, la decoración, las cosas bonitas y el buen rollo; no os lo podéis perder. Porque las cosas bonitas hay que contarlas y porque lo pasamos genial, no podía dejar de dedicarle un post a la boda de mi amiga Ana."
El sábado pasado, se nos caso Ana, una de las peludas, una de esas amigas que son para toda la vida. Una de esas amigas, que se conocen de pequeñitas y con las que de un modo extraño, a pesar del paso de los años, de la distancia, del rumbo que toma la vida de cada una, de evolucionar y tomar caminos diferentes, de vernos cuando podemos, y de ser muy diferentes, siguen ahí.
Una de esas amigas con las que todo eso parece no importar, porque la esencia de la amistad existe y existirá, son amigas para toda la vida, con las que cuando hace falta, a pesar de los pesares, puedes contar.
Somos 9 y somos tan diferentes, que probablemente si nos conociéramos ahora no seriamos amigas del alma, pero ahí esta la parte bonita de la historia; la semilla de la amistad creció en la mejor época de la vida, en la niñez, la adolescencia, los momentos compartidos han sido tantos y tan importantes que se crean unos lazos tan fuertes, que estoy segura que perdurarán siempre.
Volviendo al tema bodorrio. Nada más llegar a la finca familiar donde se celebraba la boda, me quedé con la boca abierta. Toda la decoración de la boda era espectacular, y toda hecha por los novios, que todavía tiene mucho más mérito. Así que le dije a la novia... "Es todo precioso. Me encanta. Tu boda se merece un post" y por supuesto Ana me dijo que sí (¡¡gracias Ana!!).
Miraras a donde miraras, todo eran rincones con encanto. Así que aquí os dejo las fotos que hablan por si solas.
Para recibir a los invitados, todo lo necesario para estar confortables. Pai pais para refrescarnos y la zona coge tu sombrero y póntelo.
La puesta en escena de la ceremonia fue preciosa. Unos tronos, un entorno bucólico, y unas intervenciones muy emotivas, que hicieron que no pudiera quitarme las gafas de sol en media boda (el maquillaje causó estragos...).
Impresionante el photocall, vivimos momentos geniales allí.
Me encantó la zona de los recuerdos con el árbol de las huellas, el libro de firmas... Bueno realmente me encantó todo!! De principio a fin.
Geniales los diferentes ambientes para formar corrillo y sentarse a coger
fuerzas, a cotillear, a despertar recuerdos... en definitiva a pasar un buen rato.
No hay que olvidar, uno de los regalos de los novios, ¡un cactus! (ellos son apasionados de los cactus y se dedican a la botánica). Original el regalo, pero mucho más la presentación... Un precioso carrito lleno de cactus entre los que escoger.
¡Había hasta zona de juegos para niños! Música en vivo. Cualquier detalle que puedas imaginar, allí estaba.
Todo perfecto, reflejo del cariño y la ilusión de los novios, que crearon un ambiente perfecto en el que lo importante fue la compañía pero el entorno ayudo sin duda a que pasaremos un día estupendo entre amigos.
Aquí una muestra de lo bien que lo pasamos.
No puedo despedir el post sin agradecer a los novios la boda tan preciosa que nos ofrecieron a todos y por supuesto sin desearles felicidad eterna, porque se la merecen. Mis mejores deseos para Ana y Damià.
Muchas gracias!! Me alegra que te guste el post y sobre todo el blog!!
ResponderEliminarAfrica. Me encanta este post.
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