Tengo muchas ideas para ir haciendo cositas nuevas en el blog, pero soy madre y trabajadora, así que he decidido que relax y poco a poco… El blog es una diversión, mi ilusión, pero lleva muchísimo trabajo.
Me congratula deciros que hoy estrenamos una nueva sección “El Infiltrado”, en la que pretendemos acercaros cosas y personas especiales, hacedoras de cosas bonitas, con alma, con encanto… Personas que ponen toda su ilusión y su alma en su trabajo y consiguen plasmarlo en lo que hacen.
Las publicaciones no serán con una frecuencia predeterminada ya que yo lo iré haciendo a medida que en mi día a día dé con las personas adecuadas, cuando surja la química con lo que nos ofrecen y eso, es como el amor, no se puede buscar, se encuentra.
Estrenamos la sección con Irene, la creadora de Minimís Pretty Little Things. Una tienda que nos ofrece productos con alma, hechos mano y por tanto, únicos. Muñecas tiernas y con un diseño exclusivo, achuchables, para jugar y decorar, volviendo a los orígenes, de trapo. También nos ofrece colgantes y broches de muñecas, personalizados, para dar un toque diferente a los looks de las mamás disfrutonas o regalar en eventos.
Os presento a Irene.
¿Cómo te definirías como persona para que nuestros lectores lectores captaran tu esencia?
Soy Irene, hacedora de muñecas y cosas bonitas. Una persona extrovertida y sociable; inquieta, curiosa, trabajadora y responsable. Imaginativa. Divertida (aunque no siempre, claro). Y con carácter, mucho, algo que reconozco no hace demasiados años. Tengo genio y me sale rápido, eso es así. No me gusta que me lleven la contraria. Emocional. Tenaz, muy tenaz. Familiar y muy amiga de mis amig@s, con l@s que disfruto siempre que puedo. Aunque también disfruto de la soledad (siempre he pensado que se debe a mi infancia dentro de una familia numerosa conviviendo en una casa muy pequeña). Me encanta ser familia numerosa.
Soy feliz con las pequeñas cosas de la vida. Un paseo por la ciudad, serpenteando un poquito más para pasar por las calles que más me gustan. Un aperitivo soleado con amig@s; un concierto. Música, que nunca falte. Me encantan los objetos antiguos, esos dotados de vida; las cajas, de todo tipo; las mercerías y tiendas de telas, pero no cualquiera, no, si no esas en las que tienes millones de cosas para elegir y en las que te puedes pasar horas y horas mirando muestrarios; los muestrarios, de lo que sea; las cafeterías y bares bonitos que tienen un encanto especial; el material de papelería; las fachadas antiguas; el mar.
He leído en vuestro facebook que el proyecto empezó en Barcelona (donde yo vivo!) y lo primero que me ha venido a la cabeza… ¿Barcelona, pero Minimís no está en Valencia?.
Efectivamente, soy de Valencia y resido aquí, pero viví 5 años en Barcelona. Me fui a Barcelona por motivos laborales, por aquel entonces trabajaba en TV. Estudié Comunicación Audiovisual, nada que ver con mi profesión actual. Una ciudad tan grande como Barcelona puede ser hostil al principio, te vas y te encuentras sola ante tal inmensidad. Hasta que fui haciendo amig@s, salía de trabajar y me iba a casa. Siempre se me han dado bien las manualidades y desde que tengo uso de razón he utilizado esta habilidad para sacarme un dinerillo extra. Un día empecé a recortar unos fieltros que tenía e hice los primeros broches-muñecas. Ahora los veo y me “espantan” un poquito. Empecé a hacer más y más y mi técnica mejoró. Trabajaba en una empresa con una plantilla altamente femenina, y empezaron a pedirme estas muñecas con sus rasgos distintivos. Así empecé con la personalización a partir de fotos, y este hecho fue el que originó el nombre de la marca, Minimís, como plural de minimí, mi minimí o tu minitú.
¿Cuál fue el origen de tu proyecto y que te impulsó a llevarlo a cabo?
El boca a boca y las redes sociales hicieron mucho. Empezaban a venir chicas de la empresa con las que cuales no tenía trato y me pedían su minimí. Me abrí un myspace y empecé a recibir encargos por la red de gente desconocida. Mi trabajo en TV era muy absorbente, en el audiovisual se trabajan horas y horas y más horas, muchas veces sin remunerar. Lo que hacía estaba dejando de gustarme, ya no era feliz. Sólo deseaba llegar a casa y ponerme a hacer muñecas, aunque fuera a altas horas de la madrugada. Un día me armé de valor y decidí dejar mi trabajo. Sé que much@s pensaron que estaba loca, quizás sí. Aún tuve algún trabajillo esporádico en el audiovisual. Realicé un curso de creación y gestión de empresas y al día siguiente de terminar, me hice autónoma. El 1 de febrero hará 5 años.
¿Qué me impulsó a llevarlo a cabo? Pues supongo que un compendio de cosas. Estaba decepcionada y cansada de trabajar en un ámbito donde las condiciones eran pésimas (y eso que eran muchísimo mejor que ahora); se me había destapado el tarro de la creatividad y la gente estaba respondiendo muy bien; le veía futuro. Un proyecto propio y muy personal que funcionaba y que con un poquito más de dedicación podía convertirse en una realidad. Un reto. No soportaba la idea de quedarme pensando: “¿Qué hubiera pasado si…?
¿Cuanto tiempo hace que empezaste el proyecto? y… pregunta comprometida, ¿alguna vez has pensado en abandonar?
Hace cinco años de esa decisión y es una de las mejores que he tomado en mi vida. Lo mejor, ser jefa de una misma. La satisfacción de ir consiguiendo pequeños logros. El cariño y el apoyo que recibes de la gente. La fidelidad de un público que está ahí desde el minuto cero. Rodearte de gente que está en tu misma situación y que conoce tus logros y tus miserias. Porque sí, porque no todo es bonito como lo pinto cada día en las redes sociales. También tengo mis miserias, mis miedos, inseguridades, equivocaciones. Días en los que desearía tener un trabajito ligerito cualquiera en el que poder desconectar el cerebro por algunas horas. Aunque claro, no sé si sería capaz… Defecto de fábrica. Cada día es un reto y cada día aprendes. A marchas forzadas. Con el tiempo y la experiencia aprendes a diferenciar tu vida personal de la profesional, bueno, no, esto es imposible, pero en algún momento aprendes a priorizar tu vida personal, que es también profesional… Uy! Que me lío… Hay muchas cosas buenas y muchas cosas malas, es como todo, hay días que das gracias a la vida por trabajar en lo que más te gusta y ser dueña de ti misma, y hay días en los que te meterías debajo de la manta y no saldrías en una semana. La vida, ¿no? Yo la mía no la cambio por nada.
¿Abandonar? Mmmm, bueno, no sabría qué hacer entonces, la verdad… Mejor reinventarse. Y yo estoy en ello.
Yo tengo muy claro lo que ha hecho que te eligiera a tí para acercarte a mis lectores, lo que me transmiten tus creaciones, pero ¿qué pretendes transmitir con tus creaciones?, ¿qué crees que las diferencia en el mercado artesanal de cosas bonitas que está tan en auge en los últimos años?
Minimís es un reflejo de la pasión por las cosas bonitas y bien hechas. Es una vuelta a mi infancia, aquella época en la que jugaba a las muñecas encerrada en mi habitación. Es el recuerdo de mis días con mi iaia y mi tía, que cosían cada prenda con amor y primor.
Todos nuestros productos están diseñados y hechos a mano en nuestro taller en Valencia. Diseñamos y estampamos nuestras propias telas. Y trabajamos con pequeñas cantidades con el fin de ofrecer un producto exclusivo y de calidad.
Cada producto hecho a mano es único e irrepetible. Y esto le dota de un valor incalculable. Los productos hechos a mano tienen “alma”. Quizás es eso lo que nos diferencia de otros, que cada un@ tiene su “alma”, digo yo…
En un mundo cada vez más impersonal, creemos que es necesario entrar en contacto con los productos artesanales, esos que tienen una vida detrás; esos que están hechos con mucho mimo y esmero. Esos que derrochan amor por los cuatro costados.
¿Cuál es tu producto estrella?
Sin duda, nuestros personajes más clásicos, el Principito y Caperucita Roja, en todas sus versiones.
He visto que vais a los mercados navideños y que en valencia habéis hecho un taller con niños ¿los talleres con niños son un nuevo servicio que vas a ofrecer? (me encantaría que así fuera y que hicierais uno en Barcelona!! Ahí me tenéis seguro).
Me encantaría. Es algo que pienso desde hace tiempo. Me encantan los niños y siempre me hago amiga de tod@s l@s que conozco. Se me dan bien. Tengo una carpeta desde hace mucho tiempo que se titula “talleres niños”. Pienso en experiencias que desarrollen la psicomotricidad, las emociones, algo que hay que pensar muy bien. Y a veces yo soy muy lenta pensando. Lenta pero segura.
Con tu trabajo ayudas a los niños y a sus madres a soñar, ¿te queda algún sueño por cumplir?
Ufff, muchos… Si dejas de soñar, qué aburrido… ¿no?
¿Hay algo que no te haya preguntado y que te gustaría contarnos?
Creo que no. Es una de las entrevistas más personales que me han hecho. Y me gusta. Aunque creo que soy muy transparente en mi forma de comunicar en redes sociales, muchas cosas se quedan detrás de la pantalla. Creo que siempre gusta saber más de alguien a “quieres”, y en ese sentido, las minimís y yo nos sentimos muy queridas.
No puedo despedirme sin agradecer a Irene su cercanía y disposición, desde el primer momento en que contacte con ella para ofrecerle está colaboración. Me sentí muy feliz de que alguien que lleva viviendo años de su trabajo no dudará ni un instante en colaborar con alguien que está empezando su proyecto.
¡Gracias Irene! Si venís con las Minimís a Barcelona no dudes en decírmelo, me encantaría conocerte, a tí y tus Minimís, en persona.
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